Álvaro Cámara llegó este verano como el hijo pródigo del Hércules, ya que después de su aventura en tierras de Albacete decidió volver a su casa por intentar ser feliz, e incluso fue capaz de perder dinero por volver ha vestir esa camiseta.
El centrocampista llegó lesionado y por eso no pudo jugar, pero en el momento que debutó el Rico Pérez le recibió con una ovación, y sino recuerdo mal marcó un gol en Copa, por lo que Álvaro Cámara volvía ha sentirse jugador.
Poco a poco se fue haciendo con el puesto de titular, aunque las derrotas y el mal funcionamiento del equipo lo acabó pagando él, y su entrenador Goikotxea decidió que el lugar que tenía que ocupar no era el campo ni el banquillo, sino que la grada, y eso hace ya tres partido.
Álvaro Cámara no se ha mordido la lengua y ha denunciado la situación que tiene, porque cree que el problema no está en su juego, sino en el entrenador, ya que lleva un mes sin hablarle, y de momento no sabe por qué es.
Sinceramente no entiendo las niñeces de los entrenadores con la manía a los jugadores, como el caso de Koeman con los tres y el de Aguirre con Maniche, y es que empeoran el ambiente del vestuario por sus cabezonerías.