Quien avisa no es traidor y ya dijimos que el Real Murcia tenía argumentos suficientes como para poner en serias complicaciones a un entrenador que no termina de sacarle punta a una plantilla diseñada para ascender, como es la del Hércules.
Ayer los de Pepe Bordalás dispusieron de algunas ocasiones claras para adelantarse en la primera parte, pero el golazo de Pedro León (ayudado por una tardía reacción de Agassa) terminó de machacar a unos jugadores que no terminan de encontrar un discurso futbolístico sólido. Y a los pimentoneros les bastó con mostrar una solidez defensiva que empieza a recordar al Murcia del ascenso, el de los Reinke, Maciel, Ismael y compañía.
Lucas Alcaraz ganó la batalla de los banquillos, Farinós y Montenegro se fueron diluyendo con el paso de los minutos, Tote más que nunca sólo tuvo fuegos de artificio y al Murcia le bastó su experiencia para aprovechar al máximo un talento que le sobra, pero que ayer sólo mostró con racanería.
Al final en la segunda parte hubo un grito que anticipa que el míster alicantino tendrá pocas oportunidades si no recupera la senda de la victoria: «Pepe vete ya, Pepe vete ya, Pepe vete ya…«.