El partido entre la Real Sociedad y el Elche no solo ha dejado la primera derrota de los de Lasarte en casa en esta temporada, tampoco que Bravo no podrá jugar el próximo partido de sanción o que Jorge Molina, tras anotar una pena máxima, se coloque al frente del pichichi empatado con el uruguayo del Albacete, Stuani, sino porque cuando terminó el partido, el jugador local Diego Rivas aseguró que el entrenador del Elche, Pepe Bordalás le quiso agredir en la boca de vestuario.
El centrocampista de la Real Sociedad fue una pesadilla en todos los sentidos, pegó de palos, protestó lo improtestable, hasta clarísimos saques de banda para el Elche, él se quejó que era para el otro lado, y provocó la expulsión de Juli, al hacer más cuento de lo normal para que le mostraran la segunda amarilla al jugador del equipo ilicitano, además venía de darle una «segada», que el árbitro dejó sin sanción, eso sí, acabó con amarilla.
Aunque el problema llegó en el vestuario, cuando Diego Rivas se fue para su caseta, dice que alguien por detrás le chilló diciendo que era un «traetero» (y algo más), él se dio la vuelta, para pedir explicaciones, y dice que vio a Pepe Bordalás recliminándole, se acercó y casi recibe un puñetazo, porque dos entrenadores del Elche estaban para separarlo, por el contrario, el entrenador dice que todo es mentira, y que no va a entrar en el juego, ¿saber perder?
Sinceramente, no me creo ni una versión ni otra, porque viendo al jugador en el campo, me extraña que él se diera la vuelta tan tranquilamente, y tampoco voy a pensar que Bordalás no le dijo nada, porque seguro que lo desesperó, y más cuando provocó la expulsión de Juli.
