Llegó el gran derby, el día de la fiesta del fútbol en Canarias, el día en el que sobre el césped se juega muchísimo más que un partido de fútbol, el día en el que hasta la vida política se puede ver afectada por el resultado de un encuentro… y es que así se vive un Tenerife – Las Palmas en el archipiélago. Y para comprobarlo es suficiente oír a José Luis Oltra diciendo que jamás había vivido un partido de máxima rivalidad parecido a éste: “esto está a la altura de un Barcelona – Madrid o un Boca – River; es impresionante como se vive este partido”, o a Alfonso Serrano, director deportivo, dicendo cosas como “el año pasado cuando salí del tunel de vestuarios se me pusieron los pelos de punta”, o muchas más declaraciones que han ido cayendo durante la semana de los diferentes jugadores de la plantilla que ven como jugadores más que maduros en la categoría, como el veterano Cristo Marrero, no ven la hora que llegue el ansiado partido y les a puesto a todos los nuevos las pilas poniendo el sentimiento de su pueblo como gran pretexto.
Según las cifras extraoficiales que se manejaban en la noche de ayer, quedan alrededor de unas tres mil entradas en taquilla lo que supondría que, si van todos los abonados, el estadio vibrará al sonar de diecinueve mil almas, de las cuales vendrán unas seiscientas desde la otra isla, mucho menos que en otras ocasiones, dado a la desilusión que se vive en Las Palmas por la mala marcha de su equipo. Un ambiente magnífico, que sumado a una tarde que se presupone de mucho sol, hace que se den todos los ingredientes para ver un gran partido de fútbol.
En lo deportivo todo se ha vuelto una incógnita. Con el cambio de entrenador por parte de la U.D., el cuerpo técnico del Tenerife a perdido como referencia la forma de jugar de su rival para contrarrestar sus puntos más fuertes, y juega a ciegas con el planteamiento que pueda llevar a cabo Juan Manuel Rodríguez. Por su parte José Luis Oltra se ha llevado diecinueve hombres a la convocatoria, tras los problemas físicos que arrastran tres de sus hombres fijos como son Antonio Longás, Andrés Santos y Manolo Martínez. Si a eso le sumamos la duda entre Blanco e Iriome para la demarcación de interior diestro, se vuelve todo un poco imprevisible. Esperemos ver algo grande.
Artículo escrito por Felipe Baute