Las gradas del estadio Martínez Valero no podían presentar mejor ambiente, y es que 18.000 personas se dieron cita en el coliseo ilicitano para presenciar el gran derbi de la comunidad, de los cuales casi 8.000 eran herculanos.
El ambiente fue perfecto, y el fútbol como se esperaba, porque estuvo trabado en muchos compases del encuentro, donde Tote por parte de los visitantes y Acciari por los locales, pusieron el punto picante. El partido comenzó con un Hércules volcado y llegando con peligro a la portería defendida por Willy Caballero, de hecho tuvo que parar un cabezazo a bocajarro de Del Olmo, pero después de esa acción llegó la reacción local en los pies de Jorge Molina, y es que el delantero fue la gran sorpresa de Pepe Bordalás, ya que fue duda hasta última hora.
De una combinación entre Saúl y Jorge Molina llegó el primer gol local obra de Usero, desatando la alegría local, después llegó la gran oportunidad del Hércules, pero otra vez Jorge Molina, en esta ocasión rematando un balón, consiguió aumentar las distancias,
Con el 2-0 se llegó al descanso con la sensación que el Hércules no estaba fino y que echaba en falta a Farinós, tan solo Tote intentaba poner cordura, pero los balones largos a Delibasic eran excesivos, el serbio tuvo un gran remate, pero otra vez Willy detuvo el balón, aunque el argentino no pudo detener el cabezazo de Rodríguez, pero la jugada estaba invalidad al pitar el árbitro posición antirreglamentaria, después Jorge Molina pudo redondear su actuación, pero en esta ocasión no acertó a batir a Calatayud.
