Empatar frente al Cádiz no fue suficiente, y mucho menos la imagen ofrecida. La Junta Directiva del Elche decidió destituir a Luis García ayer por la tarde. El presidente José Sepulcre se cansó del experimento fallido de «entrenador JASP» y a estas horas el baile de nombres para ocupar el banquillo ilicitano es frenético: Abel Resino (gran campaña el pasado año con el Ciudad de Murcia), David Vidal (carácter y espectáculo en la grada), Julián Rubio (muy conocido en Elche, donde casi sube a Primera y casi baja a Segunda B), Víctor Espárrago…
A todos nos extrañaba la gran paciencia que estaba teniendo el Elche con el técnico dada su delicada situación, pero estar tres meses en zona de descenso (desde la jornada sexta en la que se perdió en casa contra el Lorca) y sobre todo, los pocos argumentos que ofrecía García en las ruedas de prensa (arbitrajes, mala suerte, mala puntería…) han condenado al ya ex técnico franjiverde en su primera experiencia en la liga de los bancos.
Es cierto que el punto de inflexión había que provocarlo cuanto antes, pero lo que tampoco nos parece demasiado lógico es que al míster, una vez que se había tenido tanta paciencia con él, no se le haya dado la oportunidad de ser protagonista de esa inflexión con la ayuda de los refuerzos recién contratados, los uruguayos Coelho y Fajardo, y el brasileño Douglas Freitas, que no pudo jugar frente al Cádiz pero estará en Castellón. Tal vez también haya pesado un poco el que dentro de dos semanas se reciba la visita del Hércules, uno de los super derbis de la categoría y el eterno rival de los ilicitanos.
Ahora, en la mente de muchos aficionados franjiverdes está el recuerdo de la destitución de Uribe, al se le echó estando a cuatro puntos del ascenso. Pero no hay que engañarse, a García no se le echa por estar todavía a tres puntos de la permanencia, igual que Uribe no se fue por las matemáticas. Ambos se marchan por la penosa imagen que ofrece ahora el equipo y que ofrecía entonces. Con el asturiano sin alma y ahora, con corazón y sin fútbol, como pollos sin cabeza que diría Toshack… y en Elche muchos están convencidos de que el equipo tiene argumentos futbolísticos para jugar a más cosas de las que venía haciendo desde hace tres meses.
Por ahora el próximo sábado en Castalia quien se siente en el banquillo será el segundo técnico franjiverde, el ex internacional Claudio Barragán. Y para ese momento puede que ya se sepa con seguridad quién ocupará el banquillo a la semana siguiente, en el Martínez Valero y nada menos que frente al enrachado Hércules.
Por cierto, quien también puede caer en breve es el máximo valedor de Luis García, el director deportivo ilicitano Mario Barrera, cuyo contrato finaliza el 31 de enero y nadie ha hablado aún de renovación…