El Salamanca ha conseguido una de las victorias más importantes de la temporada, porque a pesar que visitaba un estadio donde la afición no está con el equipo (se registró una pésima entrada de 900 personas), y el equipo está descendido, el conjunto de Jorge D’Alessandro no son los mejores visitantes, por eso todas las espadas estaban en lo alto.
El problema del Salamanca estuvo que tiró por la borda 45 minutos, se olvidó que necesitaba los tres puntos y no atacó, de hecho fue después del descanso cuando el conjunto charro estiró las líneas y marcó el gol de la esperanza, el tanto fue obra de Álvaro, que no se lo pensó dos veces cuando cogió el balón y anotó un auténtico golazo con un disparo desde 25 metros, pocos minutos después Kike puso la sentencia y la tranquilidad para el banquillo.
En los minutos finales, Pino Zamorano quiso poner la emoción el marcador, porque no solo pitó un penalti a favor del Castellón, sino que lo mandó repetir después de que Ulloa lo fallara en primera instancia, aunque el marcador no se movió del 1-2.