El argentino Gustavo López protagonizó uno de los culebrones de este verano, y es que el centrocampista tuvo que salir por la puerta de atrás del Celta de Vigo, un equipo donde había vivido los momentos más importantes de su carrera deportiva, consiguiendo disputar una champions y un ascenso, pero también los más tristes porque había descendido dos veces con este equipo, pero lo peor fue el trato recibido este verano cuando tuvo que dejar la camiseta celeste para irse a buscar nuevas aventuras.
Al final cogió las maletas y acabó en la ciudad andaluza del Cádiz, por lo que pasaba de vestir el color celeste al amarillo chillón, y sabía que este cambio iba a suponer que algún día tendría que verse con un escudo que había defendido durante nueve temporadas seguidas, y ese día está más que cerca, ya que esta jornada en el Carranza se verá un partido entre dos gallitos y necesitados de la victoria, pero sobretodo donde Gustavo López tendrá unos sentimientos más que extraños.
El jugador ha declarado que se sentirá raro viendo como enfrente tiene a compañeros con los que ha vivido muchas experiencias, pero sobretodo viendo un escudo que seguro que lo lleva en el corazón todavía, por eso mismo ya ha dicho que si marca gol no lo va a celebrar, a pesar que está en el Carranza y no en Balaídos, donde se supone que tiene que tener más respeto a los que un día fueron su afición, pero el argentino es un caballero y sabe respetar la mano que un día le dio de comer, y eso que creo que fue injustamente despedido de este club.