Es la frase que se le puede asignar al nuevo entrenador del Celta de Vigo, ya que tan solo ha tardado dos partidos en recibir la primera tarjeta roja, y encima con una sanción de dos partidos, y toda la culpa la tuvo el penalti señalado por el árbitro cuando el partido iba con uno a cero a favor de su equipo, el colegiado le mostró el camino de vestuarios porque López Caro no se callaba.
Tan solo había transcurrido veintiun minutos y el andaluz Pérez Montero le mandó al vestuario, y es que el técnico se puso como un loco al ver el penalti señalado, encima tenía en la cabeza lo de Canobbio, ya que este jugador se lesionó al chocar contra el colegiado, justo cuando el equipo celtiña conseguía abrir el marcador.
Aquí os dejo las imágenes del partido, y opinar si los dos partidos de sanción son excesivos para López Caro o no
