Si a los equipos no les hace excesiva gracia disputar esta descafeinada Copa del Rey, menos todavía tener que jugársela con prórrogas. En dos casos ha sido así en las eliminatorias de hoy, con Málaga y Alavés que han dejado en la cuneta respectivamente a Almería y Poli Ejido, que también se quedan con el desgaste de la prórroga de cara a la próxima jornada pero eliminados.
En el resto de partidos destacó el segundo enfrentamiento en una semana entre Cádiz y Castellón, aunque esta vez en tierras castellonenses. Los orelluts están en racha, de nuevo se impusieron y además marcando el debutante en casa Romerito (jugó unos minutos en Cádiz), un colombiano del que el presidente Laparra ha comentado maravillas, y de momento empieza bien.
En los duelos entre equipos en horas bajas, el Elche volvió a caer en casa y de nuevo, con polémica arbitral. El Valladolid ganó con un penalti claro en los últimos minutos pero que vino acompañado de un par de expulsiones no castigadas sobre los vallisoletanos y un penalti no pitado sobre Peragón, según los ilicitanos. Por cierto, la afición ilicitana castigó duramente la decisión del consejo de administración de que los abonados pagaran en este encuentro: sólo 2.418 aficionados fueron al campo, en familia.
Cerca de Elche, en Alicante, el Hércules se deshizo de Las Palmas con más goles que juego (2-0) y por ahora en los grancanarios, el revulsivo de Juanito, no sirve de mucho. El análisis completo de esta jornada no podrá llegar hasta que se vea cómo influyen estos partidos en la jornada de esta semana, donde a lo mejor más de uno se acuerda de la prórroga y de las lesiones que aparezcan mañana en los futbolistas.
