A alguno le tocará

bbvaContaba Chejov la historia de un hombre que tras amputarle la pierna un tren, se preocupaba por los 21 rublos que tenía escondidos en la bota del miembro perdido. Pragmatismo a la rusa muy propio del carácter de ese pueblo.

Más de uno se dará cuenta, tarde o temprano, que le ha ocurrido lo mismo que al hombre de esa historia: que su destino es el que es y que no va a tener remedio. Mirando a los abismos exclusivamente, lo cierto es que van a bajar cuatro equipos a 2ª B y que le va a tocar a alguien por mucho que parezca engañarse al pensar que le puede tocar a otros y no a él. La actual racha de destituciones de entrenadores, con 5 en diez jornadas y alguno más en la cuerda floja, sólo tiene comparación con la 02-03 y está cerca de lo ocurrido hace una década. Hay comportamientos cíclicos en el fútbol.

En esa temporada 2002-03 y a estas alturas, ocupaban los puestos de descenso Leganés, Almería, Oviedo y Sporting. Al final descendieron Leganés (destituyó a Sánchez Aguiar), Ferrol , Oviedo (Quique Marigil y Vicente Villamil) y Badajoz (Juan A. Rodríguez y Mendoza Conhe) que, por cierto y dicho sea de paso, más de uno ha tenido luego problemas de mayor calado. Hace 10 temporadas los cuatro últimos eran Osasuna, Toledo, Atlético B y Écija en una liga de veinte equipos. Descendieron Almería ( cesando a Gonzalo Hurtado), Écija (José E.Díaz), Castilla (Sergio Ejea) y Barcelona B.

Es decir, se han producido casos para todos los gustos. Desde aquellos equipos que lograron ascender puestos hasta quienes por más que lo intentaron no lo consiguieron. Volvemos a lo que debería ser el punto de partida de cualquier equipo y más aún de aquellos que tienen objetivos por arriba y por abajo, y que no es ni más ni menos que hay que ir partido a partido. Y también ser conscientes de las posibilidades de cada uno. Es posible que sea mejor pensar a largo plazo, creando equipo y estructuras para volver a intentar el asalto a la categoría o simplemente sobrevivir. No quemar todos los barcos.

Quizá así se vivieran menos sobresaltos.