El Sporting sacude a Oli con un partido loco (5-4)

cadiz 1 El espíritu del fútbol de los sesenta volvió ayer a El Molinón caricaturizado hasta los extremos, no sólo con nueve goles en el partido sino además con un guión tragicómico para los que perdieron y épico para los que ganaron. Un guión que, por otro lado, deja de nuevo al técnico cadista Oli en la cuerda floja, que ya lo estaba después de las últimas actuaciones y pese a la victoria de la semana pasada frente al Numancia.

Nuestro compañero Pablo nos ha mandado el resumen del encuentro y la verdad, el inicio del partido es soñado para los visitantes, hasta que se falla el penalti, que hubiera supuesto el 0-3. Pero no debería ser excusa, un 0-2 no está nada mal y para un equipo experimentado como se presupone en los amarillos (ayer de negro -en la imagen-) debería haber sido más que suficiente para matar el partido.

Pero el Cádiz no supo matarlo, o el Sporting no le dejó, y el encuentro se convirtió en una locura que convertía el choque en una lotería innecesaria para los visitantes y en una remota esperanza para los de Preciado. Pero al final de remota nada.

Y si la primera parte fue de escándalo (acabó 3-3), el descanso parece que no sirvió para que nadie se tranquilizase. En la reanudación en dos minutos dos goles más (4-4), y la épica la firmó Jorge cuando todavía quedaba casi media hora por delante y los aficionados sportinguistas no sabían si estaban viendo un partido de fútbol o de balonmano.

La prensa cadista destaca la alarmante endeblez defensiva amarilla en las jugadas de estrategia y el no saber hacer «feo» un partido que, con 0-2 a tu favor, puede convertirse en cualquier cosa menos en vistoso. Oli vuelve a estar en peligro, de hecho ya hay quien cree que «…alguien va a morir. Deportivamente». Y por supuesto en Gijón, después de la exhibición de ayer, no le ponen límites a su equipo. Cuando Preciado le saque a sus yogurines incluso experiencia, aquí puede pasar cualquier cosa.