Guerra de comunicados en Almería

comunicado.png El fútbol es un juego, un deporte, un divertimento que tiene muy hondas raíces en la pasión y, por qué negarlo, en la rivalidad entre equipos y aficiones. Pero esta rivalidad debe ser bien entendida por todos, empezando por los aficionados que son el soporte de este espectáculo y quienes hacen que esto exista o que pueden estropearlo de manera decisiva sólo con su comportamiento.

Los penosos incidentes que ocurrieron el pasado fin de semana durante el partido que disputaron el Poli Ejido y el Almería en el estadio de Santo Domingo, ha dado paso a los no menos detestables comunicados de las directivas de ambos clubes que, en lugar de apaciguar, calmar, llamar a la responsabilidad y respecto mutuo, se pierden en acusaciones hacia lo ajeno.

Por un lado, hace bien el club ejiense en condenar los incidentes y subrayar no sólo su compromiso de deportividad sino que perseguirá a los autores de tamaños destrozos, pero no debe, en mi opinión, entrar a valorar públicamente ciertas insinuaciones hacia el club capitalino dando a entender sucesos de difícil prueba. Para ponerlo sobre la mesa tiene al delegado del gobierno en la provincia.

Y, por otro, no le viene bien al Almería comportarse como la dama ultrajada cuando no justificando indirectamente comportamientos injustificables de todo punto, disparando a diestro (prensa) y siniestro (club rival). Aunque tiene razón al decir que no se puede generalizar.

Es difícil entender que se saquen de quicio las declaraciones después de ocurridos los incidentes cuando se sabe que a lo único que contribuyen es a encender más los ánimos para la próxima vez. Esperemos que todos vean el fútbol como lo que es, una fiesta que es mejor disfrutar y que agua pasada no mueve molino.