Juanjo es el delantero del Alavés que lo ha pasado realmente mal, porque durante el encuentro que disputó su equipo ante el Zaragoza recibió un manotazo que le obligó a retirarse cuando el partido estaba acabando, todo indicaba que era solo un golpe en la cara y que no iba a pasar nada, pero el problema llegó cuando al día siguiente en el entrenamiento intentó correr, el dolor era tan fuerte que no podía casi aguantarse la boca, así que tuvo que ir al dóctor para que lo viese.
Nada más verlo le pusieron unos alambres para sujetar los diente, de esta manera la boca volvería a sus sitio, aunque el calvario iba a ser grande, puesto que no podía domir ni casi comer, tan solo los purés calmaban la ansía en el estómago, además la desesperación por ver que no podía jugar, curiosamente cuando Javi López le había dado toda la confianza y era titular en casi todos los encuentros, hacía que la desesperación fuera mayor, aunque en esta semana ha visto la luz del túnel y parece que jugará contra el Hércules.
Juanjo estaba muy féliz cuando el pasado lunes vio como le retiraban los alambres de sujección y podía volver a correr sin molestias, puesto que sabía que la odisea que había pasado las últimas semanas había acabado, ahora solo quiere ayudar al equipo para conseguir tres puntos de oro en busca de la salvación.