La Real Sociedad ha dado un golpe encima de la mesa venciendo en el difícil campo de la Rosaleda, y es que era un encuentro donde los de Lillo tenían que sacar su casta y ganar para decirle al Sporting de Gijón que no va a tener tan fácil conseguir el tercer puesto, y que los donostiarras están ahí para pelearlos, mientras que el Málaga se complica un poco la vida, pero no en exceso, puesto que tiene un gran colchón de ventaja.
Una de las claves del partido estuvo en el gol tempranero de Labaka, que un toque sutil de cabeza en el minuto diez de partido desequilibraba el marcador, y con ello creaba muchos nerviosismo en la grada y en el campo, y precisamente fue otro de los problemas porque las piernas se pusieron a temblar a los jugadores malagueños que no encontraron su juego.
El nerviosismo se notó sobretodo en la defensa, porque un inspirado Delibasic fue una continua pesadilla, y es que parece que al delantero le hiciera falta un toque de atención para despertar de su sueño, ya que solo le faltó el gol, que si lo consiguió Uranga a falta de quince minutos.