Como ocurrió hace un año, el Estadio Martínez Valero se vistió de gala para recibir al Villareal B, y el filial amarillo volvió a amargar la noche a los veinte mil aficionados que se arrimaron a animar a su equipo. La noche era bonita para que el equipo de Pepe Bordalás consiguiera sumar tres puntos y arrimarse al Rayo Vallecano, además de meter tierra de por medio con respecto a sus rivales, pero el equipo entrenado por José Molina lo evitó, gracias a las grandes intervenciones de su portero Mariño, gran protagonista del encuentro.
El Elche buscó la portería de Mariño todo el partido, alentado por su afición, pero no fue el día de su delantero Ángel, el tinerfeño tuvo hasta cuatro mano a mano, pero no estuvo acertado en ninguno, en una ocasión por acierto del portero y en otras por resbalarse o fallar en el control. Además, Xumetra reclamó un penalti y Acciari tuvo en su cabeza el gol, tras un saque de esquina sacada por Edu Albacar.
El Villareal, liderado por un Wakaso que se llevó la ovación de la que un día fue su afición cuando fue sustituido, pudo llevarse los tres puntos en un contragolpe que Castellani no pudo batir a Jaime. Empate que sirve a los dos equipos a acercarse a su objetivo, pero que deja un sabor extraño en Elche.
