Alivio. Quizás la palabra que mejor define el sentimiento de la mayoría de los seguidores zaragocistas tras el fin de la temporada 2008-2009. El domingo 14 de junio, tras conseguir el ansiado ascenso ante el Córdoba CF la sensación generalizada entre la afición era la misma que se siente cuando te retiran un peso de 30 kilos que has llevado a la espalda durante 12 meses.
Ha sido un ascenso difícil, muy trabajado (sobre todo en la segunda vuelta), tras un descenso inesperado (por la confección de un equipo con metas europeas) y merecido. En la última década, el Real Zaragoza ha consumado dos descensos y ha conseguido subir al año siguiente, lo que ha salvado al equipo de graves problemas (ley Concursal e incluso, desaparición), aunque ambos descensos han dejado una profunda huella en las arcas del club.
El equipo ha estado casi todo el campeonato dando derivas de un lado a otro, alternando grandes partidos con derrotas injustificadas. La primera vuelta del campeonato ha sido decepcionante, con un equipo incapaz de definir un estilo de juego, fracasando en la mayoría de las salidas, con varios jugadores lesionados de larga duración (Diogo, Cuartero, Goni) y con una serie de jugadores pensando más en su salida que en ayudar al equipo (Oliveira, Sergio Fdz., A. Hidalgo)
Tras la derrota en Elche (2-0) al comienzo de la segunda vuelta, el equipo formó una piña alrededor de Marcelino y se conjuró para lograr el ascenso. Se marcharon los grandes jugadores, se fichó a un viejo conocido paar el centro del campo y el equipo comenzó a funcionar.
El resultado: 16 partidos sin conocer la derrota, con Ponzio y Gabi haciendo un juego efectivo (por fin) en el centro del campo acompañados por la explosión del joven Ander Herrera, la defensa asentada (Ayala y Pavón como verdaderos “capos” del área) gracias sobre todo al gran trabajo del argentino Ponzio delante de los centrales y lo que quedaba de delantera tras la marcha de Oliveira y la lesión de Braulio, rindiendo a tope (gran segunda vuelta de Arizmendi y Ewerthon).
Queda un año muy duro en Primera División, con el club muy tocado económicamente pero con una gran oportunidad de dar salida una cantera asentada en las categorías inferiores de la selección española (Ander Herrera, Vicente Pascual, Goni, Kevin Lacruz, Laguardia) y sobre todo, con una afición entregada al equipo y con ganas de perdonar errores pasados… si no se repiten.