Podíamos habernos ahorrado el comentario de la semana pasada sobre lo apretado de la clasificación para poder utilizar ahora este argumento que, tras la decimoquinta jornada, cobra más importancia si cabe. En este sentido, uno de los mejores ejemplos es la situación del Cádiz, que tras los resultados del sábado se acostaba empatado con el descenso y después de pasar por encima del Xerez (1-4) esta mañana, es décimo con 20 puntos.
Y la explicación de estos vuelcos clasificatorios es muy sencilla: entre el primero que desciende (Tenerife) y el primero que sube (Salamanca) sólo hay nueve puntos de diferencia, y entre décimo clasificado (Cádiz) y penúltimo (Ponferradina), sólo cuatro. Tan sólo el Vecindario de Castro Santos parece descolgarse después de caer ante un Elche que, pese a seguir en descenso, se muestra intratable durante el último mes: 11 puntos conseguidos sobre los últimos 15 gracias a dos empates y las tres últimas victorias consecutivas.
Volviendo al derbi gaditano, sin duda el resultado de Chapín es ese punto de inflexión que José González estaba buscando. Con Lobos recuperado, tal vez el conjunto amarillo recupere parte de la magia con la que inició el campeonato. Unos poderes mágicos que parece haber perdido Uribe al frente del Hércules, cuyo efecto revulsivo se diluye con la derrota de hoy en Murcia frente al Ciudad (2-1). El conjunto alicantino se acerca de nuevo peligrosamente a la zona de descenso que tan rápido abandonó con la llegada del nuevo míster.
En esa misma zona caliente y con dinámicas muy peligrosas se encuentran Alavés y Tenerife. En los primeros y tras el «caso Carreras» (que la prensa catalana ha aprovechado) la derrota estrepitosa en Las Palmas (6-1) puede hacer mucho daño. Es fácil que una plantilla le haga la «cama» a un entrenador (ocurre muchas veces), pero ¿qué pasa cuando también se le hace al presidente? Pinta muy oscuro el futuro de la entidad vitoriana mientras Piterman siga al mando.
Igual de negro pinta para Krauss, técnico del Tenerife, cuyo fracaso deportivo fue eclipsado esta semana por el incidente más triste posible, la muerte del padre de Castiñeiras debido a un infarto mientras veía a su hijo desde la grada. El próximo domingo la racha del Elche será el obstáculo que el técnico tinerfeño tendrá que superar para que su cargo no corra peligro.
Y de momento no corre peligro el puesto de Lucas Alcaraz, pero el punto logrado a domicilio en el tiempo de descuento frente al Lorca, que además fue un autogol del jugador local Iker Begoña, no debería ocultar, por el bien de los aficionados granas, la triste imagen que viene ofreciendo el equipo pimentonero desde hace más de un mes. Para algunos es la misma imagen de casi siempre, sólo que ahora los resultados no acompañan. Una parte de los aficionados ya empieza a dudar de la capacidad del míster para llevar a donde se merece al superequipo confeccionado a golpe de talonario por Samper. Ese flamante nuevo estadio carece de sentido en un lugar que no sea la Primera División.
En suma, todo se sigue apretando cada vez más. Al alza: Valladolid, Las Palmas, Castellón y Elche. A la baja: Real Murcia, Tenerife, Alavés y Vecindario. Todos los demás siguen en la indefinicion que caracteriza esta categoría.