El Club Deportivo Tenerife ha sido diseñado para estar en los puestos de arriba, luchando por todo. Alfonso Serrano, director deportivo, junto a José Luis Oltra han trabajado en la composición de una plantilla lo más competitiva y ambiciosa posible que destaca por su equilibrio con hombres importantes en la parcela defensiva (Culebras, Bertrán, Juanma, Manolo…) y desequilibrantes en la zona de arriba (Nino, Iriome, Ayoze, Longas, Santos…). El arranque del representativo isleño no ha sido ni el mejor ni el peor, ya que, aunque los resultados no sean los mejores, la afición tiene muchas expectativas, pues cuando se ha perdido no se ha visto tan mal al equipo. Y es en esta parte donde entra el nombre de Oltra.
El técnico ha dotado de su estilo a unos jugadores que, ganen o pierdan el partido, siempre es el misma, osea, hay una identidad definida y una idea clara sobre lo que va a realizar el equipo cada domingo. Pero ese estilo ya empieza a crear las primeras dudas en cuanto a ser el acertado, ya que en un lugar como Tenerife, donde tanto fútbol de ataque se ha “mamado”, el hecho de jugar con un solo punta no se termina de ver bien; Y entonces llegamos a la eterna pregunta: ¿se juega más al ataque por tener más delanteros?
Oltra sigue siendo partidario del juego que le ha caracterizado, con un punta y tres medios que posean mucha llegada, pegada y creatividad; Pero ahora comienza a pensar en retrasar a uno de ellos y jugar con dos puntas arriba, sacrificando así a uno de los dos pivotes defensivos. Quizás así la “presión” que generan los comentarios dejan de influir pero… ¿es necesario?¿Alguien garantiza que así se ganan más puntos?¿Vendrán luego los comentarios de “para que cambió si iba más o menos bien”? Siempre será muy fácil opinar tras los resultados, pero es él el que tiene que mojarse antes de salir a jugar.
Y todo este comedero de cabeza de los entrenadores para que al final, como se ha dicho en innumerables ocasiones, sean los futbolistas los que hagan que los sistemas, estilos, formas y demás sean “buenos o malos”… o quizás sería más correcto decir “cómodos o incómodos” para ellos. Sin duda los entrenadores siempre ocuparan el lugar donde se reciben las “presiones” del exterior por lo que hagan sus jugadores (que no él) en el campo.
Quiero agradecer a Felipe Baute el envio de este artículo, saludos y suerte en la temporada con el Tenerife.
