Llegados a estas alturas de competición, y no sólo refiriéndonos a la Copa sino también los problemas o intereses que cada cual tiene en la Liga, y vistos los rivales que los tres representantes de la categoría de plata tenían puede calificarse de normal lo ocurrido ayer en cuanto a resultados.
Demasiado abultado en el caso del Málaga pese a enfrentarse a un Zaragoza muy en forma y una vez casi sentenciada la eliminatoria, no hay mal que por bien no venga, el conjunto malacitano puede centrarse en otros objetivos.
A su vez, en Vitoria los acontecimientos extra-deportivos centran la atención en lugar de lo que debería ocurrir. El efecto «piterman» tiene unas consecuencias indeseadas a añadir al esperpento deportivo que protagoniza y es que los aficionados se acaban alejando del campo, huyendo del fútbol. Y esa enfermedad no se cura de la noche a la mañana, ni siquiera extirpando el tumor.
Fue el líder de Segunda quien se encargó de mantener el tipo y algo más ante un Villarreal en crisis, más allá de Riquelme, y que ha venido a demostrar la fortaleza de la segunda categoría del fútbol español y sobre todo que Mendilibar está haciendo las cosas muy serias y muy creíbles para la plantilla. Y ésta, además, crece con el refuerzo de Manchev, una vez desvinculado del Levante, intentando reforzar la posición de delantero que hasta cubre de sobra Llorente.
Los resultados de Copa, a falta del Betis-R.Madrid, han sido:
Atlético – Osasuna 1 – 1
Málaga – R. Zaragoza 0 – 3
Valladolid – Villarreal 2 – 1
Rayo Vallecano – Sevilla 0 – 0
Mallorca – Deportivo 1 – 2
Alavés – FC Barcelona 0 – 2
Getafe – Valencia C.F. 1 – 1