Me ha sorprendido mucho la renovación de Lillo y la marcha de Onésimo, ya que creía que iba a pasar todo lo contrario, es decir, Lillo se iba a marchar en busca de otro equipo, más en concreto meterse dentro del esquema deportivo del Barcelona al lado de Guardiola, mientras que el entrenador milagro del Huesca iba a continuar por todo lo que había conseguido, que es nada más ni nada menos que el ascenso.
Onésimo ha sido un entrenador salvador, porque en tan solo media temporada se ha metido a la afición del Huesca en el bolsillo, ya que llegó con el objetivo de meterse en los play-off y ha acabado subiendo al equipo a la segunda división, pero a pesar de eso el técnico ha preferido no renovar y probar suerte en otro sitio, aunque se desconoce cual será su destino.
El otro caso es Juanma Lillo que llegó a la Real Sociedad para subirla y sus cambios de tácticas y durante los partidos no han servido para eso, a pesar de eso se confía en el técnico para subir al equipo, quizás sea el banquillo más caliente, porque tres derrotas consecutivas le costaría el cargo, pero él es arriesgado y se la juega, aunque creía que se iba a ir a probar suerte con Guardiola.