Moré inaugura la crisis de Oli

more Se enfrentaban dos trayectorias distintas en los banquillos de la Tacita de Plata esta tarde. Una bien dilatada y experimentada como es la de Pepe Moré (prácticamente una vida en el Valladolid y un paso efímero por el Tenerife) y otra que apenas está comenzado esta temporada, la de Oli. El maestro le ha dado un repaso al aprendiz. Sería fácil comentarlo sólo por ver el resultado (0-2) pero además, en este caso, lo visto sobre el terreno de juego sí ha sido un fiel reflejo del marcador final.

Ni la ausencia de Tabares, ni la de Epitié, han hecho que el Castellón saliera temeroso o con reservas al Carranza, algo que le ha servido para desquiciar desde el primer momento a un Cádiz sin ideas que sí parece haber acusado las lesiones de Acuña y sobre todo, la de Lobos.

Después están los condicionantes particulares, es cierto que los orelluts marcaron en los llamados «minutos psicológicos» (como si los demás fueran de broma), el 10 y el 45, pero también es cierto que Armando ha salvado de otro gol cantado a los cadistas y que en la segunda el 0-3 ha rozado más de una vez la portería local. Apenas sin notarlo (tal vez en parte por el asunto «mediático» de los penaltis fuera del área), el Cádiz se ha metido en un mes liguero donde no conoce la victoria: un punto de los últimos doce posibles y tercera derrota consecutiva.

Y en Castellón, donde hubo muchos nervios al inicio de la Liga, su primera victoria fuera de casa le ayuda a dormir esta noche entre los diez primeros. Laparra, presidente castellonense, también va a dormir más tranquilo.