No es una buena noticia para los aficionados del Nástic, que han visto como el sueño de tener un nuevo estadio se ha desvanecido, y es que el ayuntamiento de Tarragona y Construcciones PAI han decidido de mutuo acuerdo rescindir el contrato para la construcción.
El consistorio tarraconense pagará a la constructora unos 962.000 euros. De éstos, unos 750.000 serán destinados a comprar el proyecto ejecutivo de la obra, y el resto para sufragar pequeñas actuaciones y estudios previos de la construcción del estadio, para evitar que el proyecto se retarde aún más.
El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, ha asegurado que, pese al desembolso, el acuerdo resulta más ventajoso que una rescisión unilateral.
El estadio será igual que se preveía originalmente. La rescisión unilateral nos habría llevado a un pleito civil o un contencioso administrativo, y un juez podría haber ordenado la suspensión cautelar de todo concurso durante algunos años.