Aunque es cierto que la mayor parte de las miradas de este último fin de semana en la Liga Adelante estaban puestas directamente en la definición del segundo ascenso, que como hemos repasado quedará en manos del Villarreal si gana o empata frente al Almería -promocionará sólo si gana- este fin de semana, también se definió todo lo relacionado con el descenso a la Segunda B, de forma que la última fecha no definirá nada al respecto.
Básicamente, lo concreto del caso es que de todos los conjuntos que se encontraban implicados en la parte de la tabla que uno nunca quiere estar, el único que se ha salvado ha sido el Mirandés, una vez que logró aventajar en la tabla de posiciones por hasta cuatro unidades a sus seguidores, de modo que ya es imposible que a falta de una sola jornada le descuenten los puntos que les separan.
Esto sucedió sólo gracias a la muy buena victoria del Mirandés en condición de visitante frente al Córdoba, ya que en buena parte, sus perseguidores pudieron triunfos que le permitieran llegar con chances a esta última jornada, excepto en el caso del Racing de Santander, pero sí para el Murcia y el Huesca, los tres que finalmente acompañarán al Xerez en su periplo por la tercera categoría del fútbol nacional.
Sin embargo, consumada la victoria del Mirandés en Córdoba, todo estaba listo para el festejo del conjunto que había ascendido a la categoría de plata la anterior campaña, y que ahora tendrá la chance de ir a por más en una nueva campaña en la que buscará establecerse definitivamente en la Liga Adelante.
“Es algo histórico para los 87 años de historia del club. Para nosotros es un premio, porque hemos estado en el momento y lugar oportuno. Había que asumir que éramos la cenicienta”, declaró en tal sentido el entrenador del equipo, Carlos Pouso, a quien aquí se lo puede ver sumamente feliz en paños menores.
